domingo, 29 de noviembre de 2020

Sin tecnología de modificación genética seremos dependientes de otros países

Lorenzo Burgos Ortiz Investigador del Grupo de Biotecnología de Frutales del Cebas-CSIC

Lorenzo Burgos. / CEDIDA

La Verdad de Murcia GINÉS S. FORTE  / Enlace fuente original : https://bit.ly/3gwxDGs

El doctor Lorenzo Burgos, fundador del Grupo de Biotecnología de Frutales, dentro del Departamento de Mejora Vegetal del Cebas-CSIC, acumula más de 30 años investigando y más de 90 artículos en revistas científicas especializadas. En esta entrevista trata de despejar dudas en torno a los, con frecuencia mal entendidos, transgénicos.

¿Existe algún tipo de consecuencias directas o indirectas que puedan incidir en la salud humana por el consumo de cultivos transgénicos?

En principio no hay ninguna razón para que esto ocurra. Las plantas genéticamente modificadas o transformadas no se diferencian de las silvestres en nada. Su ADN sigue constituido por las mismas moléculas, los mismos nucleótidos que son la base de los genes que tienen la información necesaria para generar proteínas. El único problema que se puede dar es que esas proteínas pudieran resultar tóxicas. Esto es muy improbable, pero puede ocurrir, y de hecho ha ocurrido alguna vez, también cuando se utilizan técnicas clásicas de cruzamientos, que se vienen utilizando muchas décadas ya y mediante las cuales se han producido la mayoría de los cultivos que consumimos. Un ejemplo es cuando se utilizan variedades o especies silvestres que tienen una característica de interés y se intenta introducir esta característica en las variedades domesticadas y comerciales. A veces, con el carácter de interés se arrastran otros indeseados e incluso potencialmente tóxicos. Por eso se requiere el principio de precaución que consiste en comprobar que lo que se va a comercializar no tiene ningún efecto perjudicial. El problema que ha surgido con los cultivos transgénicos es que el principio de precaución se ha convertido en la práctica en un veto dada la cantidad de información que se solicita, que en muchos casos ya ha sido comprobada en otros cultivos, pero que hay que comprobar de nuevo en cada cultivo que se produce.

¿Por qué causa tanto rechazo la modificación genética aplicada a cultivos?

Esta es una buena pregunta para la que sinceramente no tengo una respuesta, yo no lo entiendo. Creo que se ha generado muchísima desinformación mezclando cosas que tienen poco o nada que ver. He podido asistir a debates en los que las personas contrarias a la tecnología defendían argumentos tales como que eran muy peligrosos sin explicar por qué, presentaban imágenes como 'Frankenfood', haciendo alusión a que son plantas tipo Frankenstein sin que realmente se explique por qué dicen eso, ya que lo que se introduce son nucleótidos que ya están en la planta. Se habla de pérdida de la biodiversidad como consecuencia de la utilización de estos cultivos, cuando en realidad la propia agricultura que viene desde el neolítico implica una pérdida de diversidad al utilizar las variedades más adecuadas que se propagan de forma vegetativa. En fin, muchos argumentos sin base científica que recurren a generar temor en personas poco informadas. Muchas de estas personas probablemente son diabéticas y deben tomar insulina o tienen enfermedades que les obligan a consumir medicamentos que, como la insulina, se producen en bacterias modificadas genéticamente a las que se les ha introducido ese gen que codifica la insulina para que lo produzcan de forma masiva en birreactores.

¿Cree que ese rechazo está impidiendo desarrollar todo el potencial de esta tecnología?

Si, desde luego. Las únicas empresas capaces de llevar un cultivo hasta la comercialización son multinacionales con la capacidad económica para realizar todas las evaluaciones. En cualquier caso, en Europa al menos, no se está consiguiendo comercializar ninguna. Hasta donde yo sé, aunque reconozco que últimamente no he estado muy atento, solo hay un evento transgénico autorizado en Europa. Además, esto imposibilita que los centros públicos, donde esta tecnología se aplica a especies más complicadas y menos rentables económicamente, puedan intentar llevar sus variedades hasta la comercialización.

¿Qué expectativas existen para esta tecnología, tanto a nivel global como en el sector agrario concreto de la Región de Murcia?

Bastante malas en cualquier caso. A nivel mundial hay países donde se están cultivando sin problemas, o tras una evaluación razonable de los posibles riesgos. Sin embargo, en Europa el veto es en la práctica absoluto. Incluso la tecnología CRISPR, aunque se pusieron muchas esperanzas en ella al permitir producir mutaciones dirigidas y luego eliminar los transgenes, no va a ser admitida en Europa, ya que aunque el producto final no contenga transgenes se ha producido mediante transformación y se considera dentro de los OMG [organismos modificados genéticamente].

¿Cómo le puede afectar la necesidad de encontrar nuevos cultivos adaptados ante el cambio climático?

La tecnología es muy poderosa, y si se tiene puesta a punto para una determinada especie son muchas las aproximaciones de gran interés y relativamente rápidas (especialmente en el caso de las especies leñosas con entre 4 y 20 años entre generaciones) que se pueden llevar a cabo para obtener plantas mejor adaptadas a estreses bióticos (virus, enfermedades fúngicas y bacterianas) y abióticos (salinidad, sequia, elevadas temperaturas, etcétera). Por tanto, es un terrible desperdicio no disponer de ella, y además nos hará dependientes de otros países donde se siga trabajando en ella y produciendo variedades mejoradas.

Más allá de la producción de cultivos para alimentos, existen otros, como la producción de los llamados biocombustibles. ¿Qué expectativas se perciben ahora sobre estos cultivos? ¿No da la impresión de que se han rebajado las expectativas que sobre ellos se puso hace unos años?

El problema al que se enfrentan los cultivos transgénicos es exactamente el mismo, independientemente de cual sea el objetivo para el que se produzcan, por tanto las expectativas probablemente se han rebajado por la imposibilidad o enorme dificultad para comercializarlos.