sábado, 5 de diciembre de 2020

Los microorganismos beneficiosos se reivindican en el Día del Suelo

Recuperar la biodiversidad del suelo es imprescindible para garantizar la alimentación del futuro

Koppert expresa su apoyo al Día Mundial del Suelo: “Mantener vivo el suelo, proteger la biodiversidad del suelo”.

Jose Antonio Arcos / Enlace fuente original: https://bit.ly/2LoDbHz

El Día Mundial del Suelo se ha celebrado hoy sábado 5 de diciembre. En esta ocasión, la ONU ha elegido el eslogan Mantener vivo el suelo, proteger la biodiversidad del suelo, con el objetivo de sensibilizar a la población en general sobre la importancia de mantener la salud de los ecosistemas y el bienestar humano abordando los crecientes desafíos en el manejo del suelo y la lucha contra la pérdida de biodiversidad del suelo. En esta campaña de sensibilización a gran escala, la ONU no olvida la necesidad de concienciar y alentar a los gobiernos, organizaciones, comunidades e individuos de todo el mundo a comprometerse por mejorar de manera proactiva la salud del suelo.

Consciente de la importancia de recuperar la biodiversidad del suelo para conseguir una agricultura sostenible, Koppert ha aumentado en los últimos años su interés por el desarrollo de nuevas soluciones biológicas a base de microorganismos beneficiosos, como hongos y nematodos. Fruto de las investigaciones de Koppert se han desarrollado nuevos productos completamente naturales como Trianum, que contiene la cepa T22 del hongo Trichoderma harzianum. Además, Koppert ha potenciado la investigación en nematodos, descubriendo nuevas soluciones y dando nuevos usos para permitir que la eficacia de estos microorganismos llegue también a la parte aérea de la planta.

La vida del suelo es muy compleja. Nuestros suelos contienen un gran número de organismos que no son visibles a simple vista: microorganismos como nematodos, bacterias y hongos y macroorganismos como insectos, ácaros o lombrices de tierra, por nombrar solo algunos. Una cucharadita de tierra normalmente contiene miles de millones de microorganismos”, afirma Age Tanja, desarrollador agronómico de Koppert. Estos diversos organismos interactúan entre sí y con las plantas y animales en el ecosistema, formando una compleja red de actividad. Las raíces de las plantas también pueden considerarse organismos del suelo en vista de sus relaciones simbióticas y de las interacciones que mantienen con otros componentes del suelo.

El suelo es vital para la vida en la tierra. Regula los regímenes hídricos, las emisiones de carbono, asegura la absorción de nutrientes de las plantas mejorando la salud de las plantas, y del suelo depende nuestra alimentación. El suelo contiene la mayoría de los nutrientes para los seres vivos. La actividad humana tiene un gran impacto en el suelo. Si bien los bosques y las plantas protegen el suelo, cada año se talan millones de árboles y los campos se cultivan de formas que a menudo dañan el suelo. Nuestras ciudades también están creciendo rápidamente. Cada vez más tierras se transforman en áreas urbanas. En estas zonas edificadas, el suelo está sellado con hormigón y asfalto y nada puede crecer en él.

Pesticidas

Además, perdemos suelo valioso debido al uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos. Esta práctica mata muchos hongos y bacterias que son beneficiosos y que están presentes en el suelo. Es importante darse cuenta de que de todos los microorganismos que existen solo un pequeño porcentaje son patógenos. La mayoría de los organismos son beneficiosos y cruciales para el ecosistema. El uso excesivo de pesticidas químicos genera desequilibrios en el suelo; esa es la razón por la que tenemos problemas con ciertas enfermedades de las plantas, continúa Age. La degradación del suelo, causada por un mal uso con fines agrícolas, industriales o urbanos, se ha convertido en un grave problema ambiental que afecta negativamente a la vida de millones de personas.

Los suelos fértiles tienen un valor incalculable para nuestro futuro y nuestra salud. La adición de materia orgánica al suelo nutre los hongos y bacterias beneficiosos. Juntos, hongos, bacterias, nematodos y protozoos producen la red alimentaria del suelo. Esta red brinda a los humanos todas las soluciones para una alimentación saludable. Los fertilizantes artificiales alteran la calidad del suelo y afectan a la nutrición de las plantas. Agregar materia orgánica al suelo en lugar de fertilizantes artificiales, ayuda a que las plantas se vuelvan más fuertes y saludables beneficiando eficazmente la salud humana y garantizando la seguridad alimentaria. Necesitamos suelos fértiles más que nunca. Según un informe reciente de la FAO, la tierra cultivable disponible se reducirá a la mitad en 2050. Incluso ahora, mil millones de personas pasan hambre todos los días. Este número aumentará rápidamente si no distribuimos la tierra de manera justa, aumentamos los rendimientos o protegemos su biodiversidad.

En diferentes partes del mundo, gobiernos, empresas, comunidades e individuos tienen diferentes actitudes hacia el suelo. Mientras que algunas regiones están conscientemente protegiéndolo mediante la aplicación de prácticas agrícolas sostenibles y prohibiendo el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos, en otras zonas los suelos se agotan con gran rapidez. Tenemos que recopilar datos y mostrar a los productores que las prácticas sostenibles funcionan. Se necesita un cambio de mentalidad y un enfoque de gobernanza global eficaz para apoyar la adopción de prácticas sostenibles de uso de la tierra y gestión del suelo .

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU son el plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos. Abordan los desafíos globales a los que nos enfrentamos. De los 17 objetivos, cuatro están relacionados específicamente con los suelos: ODS 2, 3, 12 y 15. El Objetivo 2, por ejemplo, insiste en que debemos producir alimentos de manera sostenible y utilizar prácticas agrícolas que mejoren la calidad del suelo. Una gran parte del ODS 15 exige que detengamos la degradación del suelo y pongamos fin a la pérdida de biodiversidad.