martes, 16 de enero de 2018

Europa apuesta por cultivar sin caudales y sin suelo

Cultivos sin caudales y sin suelo


Cultivo hidropónico sobre fibra de coco, en un invernadero. / CARM

M. J. MORENO. MURCIA 
El cambio climático es una de las principales amenazas para un sector tan importante para el desarrollo de la humanidad como es la agricultura. Por ello, son numerosos los científicos que buscan alternativas a los sistemas actuales con la intención de seguir alimentando a millones de personas en todo el mundo de forma sostenible.
En ese sentido, la Unión Europea apuesta por proyectos que se caracterizan por ofrecer soluciones extrapolables y de relevancia para todos los países y su territorio, como el proyecto Europeo Life Deseacrop que la Universidad Politécnica de Cartagena coordinará hasta octubre de 2020.
Su objetivo principal es demostrar la gestión sostenible del agua de mar desalada para la producción de cultivos en sistemas cerrados sin suelo (hidropónicos) con el fin de fortalecer su capacidad de resistencia como un sector clave productivo, económico, social y ecológico en una zona mediterránea semiárida con estrés hídrico, como es la Región de Murcia.
«El proyecto va a estudiar todo el sistema desde el punto de vista económico, medioambiental, agronómico y social. Los 4 puntos más importantes para definir que se trata de una opción viable», explica el responsable del mismo, José Maestre.
El experto en la gestión de recursos hídricos para la agricultura afirma que «es un proyecto bonito porque se trabaja con una agricultura sin recursos hídricos propios y sin suelo, es una agricultura industrial, que no compite por los recursos con otros usos o sectores».
Uno de los puntos más importantes es el del uso de agua desalada ya que no hay constancia de estudios agronómicos, con una duración superior a un año, sobre sus efectos y su gestión, etc. En concreto, según Maestre, «la gestión es clave porque no se puede equiparar a las aguas naturales y eso puede llevar a errores que generen problemas agronómicos». De hecho, asegura que «en algunos lugares donde se está empleando agua desalada para regadío, los suelos se están viendo muy afectados, dado que el sodio estropea el terreno porque lo alcaliniza e impermeabiliza dificultando el acceso de las raíces al agua, por ejemplo».
Existen indicios de que lo ideal es que se mezcle con agua procedente de otras fuentes, por lo que, precisamente, se va a aprovechar el LIFE para hacer analíticas de nutrientes para determinar las respuesta de los cultivos, si es mejor mezclar o hasta qué punto hay que fertirrigar. Por otro lado, se van a analizar diferentes opciones para la gestión de los residuos generados por la desalación.
José Maestre apunta que «es un campo nuevo de investigación donde hay que empezar a invertir porque, en un futuro no muy lejano, la Región de Murcia se verá obligada a utilizar principalmente el agua desalada. Dicho eso, sería interesante lograr una agricultura adaptada a ese tipo de agua y centrado en ella».
En el proyecto también participan la Universidad de Almería, la empresa de desalación Valoriza-Agua y la Comunidad de Regantes Campo de Níjar (Almería).