El catedrático de la UPCT Victoriano Martínez (i) y los investigadores Bernardo Martín y José Maestre. /
M. J. MORENO
MURCIA
La Región de Murcia, por su situación geográfica, es un laboratorio perfecto en todo lo relacionado con la escasez de agua y su gestión. El resto de países del mundo miran hacia esta zona como un referente en materia de agua y sostenibilidad agrícola. «Lo que ocurre en España en este momento, especialmente en el Sureste, es lo que va a suceder en muchas regiones del mundo en los próximos cincuenta años». Así de claro lo tiene Victoriano Martínez, catedrático de Ingeniería Agroforestal y director de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cartagena.
Un claro ejemplo de esa situación es lo ocurrido en torno a los mercados del agua, ya que fue entre las cuencas del Tajo y el Segura donde más importancia ganaron durante la sequía del periodo 2004/2008. «Para que funcionen los mercados del agua se deben dar cuatro condiciones: legislación que los regule, alguien que quiera comprar agua a un precio atractivo, alguien que desee venderla y una infraestructura que interconecte a esos dos», explica Martínez.
En este momento dirige un proyecto de investigación en torno a las infraestructuras y emisiones generadas por los mercados del agua, financiado por la Fundación Séneca, y en el que también participan los investigadores Bernardo Martín y Javier Calatrava, cuyo objetivo es analizar esta herramienta de gestión de recursos hídricos desde un punto de vista que hasta el momento no se había estudiado, para así poder completar las investigaciones de otros colegas al respecto.
Con los datos que tienen hasta el momento, se sabe que los volúmenes de mercados inter-cuenca suponen unos intercambios de pequeñas cantidades, que además solo se han dado con el Tajo. Victoriano Martínez opina que «no se puede tener un mercado dinámico de agua entre dos zonas con recursos tan limitados», y además «faltan las infraestructuras con aquellas regiones que tienen agua abundante». De ahí que considere una pena que el trasvase del Ebro no se haya construido porque, según él, «sería clave en estos mercados del agua, ya que comprar agua en el Ebro a los precios que se pagan aquí sería sencillo».
Del estudio también se desprende que hablar de mercados del agua, en cuanto a infraestructuras, es hacerlo del trasvase porque apenas se usan otras infraestructuras: «El 90% de las transacciones de agua se hacen mediante infraestructuras del trasvase y pos-trasvase».
En cuanto a las emisiones, Bernardo Martín indica que «el agua desalinizada tiene un consumo energético y unas emisiones de CO2 más altas que las demás; por eso sustituir recursos convencionales por agua desalinizada de forma masiva es algo que hay que reflexionar por el elevado nivel de emisiones de CO2 asociado».
Y añade que «algo muy interesante es que la agricultura basada en agua desalinizada conlleva unas emisiones de CO2 muy elevadas y eso sigue alimentando el cambio climático, por lo que el problema pasa de ser la desalación para serlo el sistema energético basado en combustibles fósiles, de ahí que haya que estudiarlo para que las administraciones estén informadas y puedan tomar decisiones»
En definitiva, hasta el momento, el proyecto financiado por la Fundación Séneca pone de manifiesto que los mercados del agua funcionan principalmente por la existencia del Trasvase Tajo-Segura y siempre que en la cabecera del Tajo existan recursos suficientes, dado que ha existido una cierta flexibilidad por parte de las administraciones públicas.
Además, en referencia al uso energético, los resultados señalan la importancia de que se considere el uso de energías renovables para la desalación de aguas ya que el nivel de emisiones empleado actualmente para generar agua desalada es negativo en relación al cambio climático.
Insiste Victoriano Martínez en que «la Región de Murcia es un referente en todo lo relacionado con agua y sequía porque los problemas que tenemos aquí son los que van a tener la mayoría de las regiones mediterráneas en unos años. Desde el punto de vista de la investigación, la cuenca del Segura es un laboratorio ideal para estudiar los problemas de agua y, a nivel profesional, se trata de la zona perfecta para trabajar dado que todos los temas que se plantean son innovadores».
«La Región de Murcia ya es la punta de iceberg en la regeneración de agua para riego y debe serlo del uso de agua desalinizada para riego, ese es nuestro objetivo», dice.