El sector de la fruta dulce parece haber llegado a un punto de no retorno: o pone en marcha medidas efectivas para ganar viabilidad o le espera un futuro muy incierto.
Autor: Marga López
Revista Mercados
Llegado el frío del invierno, nos cuesta recordar qué ocurrió allá por los meses de julio y agosto, cuando los consumidores degustaban melocotones, nectarinas y ciruelas. Sin embargo, la campaña de fruta de hueso de 2017 pasará a la historia por muchas razones, y no solo por la crisis de precios que vivió el sector, la más dura de los últimos 10 años, sino también por haber propiciado un movimiento sin precedentes de productores, comercializadores y administración con la intención de poner sobre la mesa soluciones de cara a las próximas campañas, y no a toro pasado, como se suelen hacer las cosas.
A lo largo de los ultimos meses, se han ido sucediendo reuniones para marcar las líneas rojas de un futuro Plan Estratégico de la Fruta Dulce (de hueso y de pepita), encuentros que han evidenciado grandes carencias en ambos sectores: organizativas, falta de datos estructurales y coyunturales (aforos), escasa adecuación de la oferta a la demanda, no solo la europea, sino también la de los nuevos mercados, instrumentos de gestión de crisis insuficientes, elevada concentración de la producción…
¿Por dónde empezar?
Para Joaquín Gómez, presidente de Apoexpa (Asociación de Productores-Exportadores de Frutas, Uva de Mesa y Otros Productos Agrarios de la Región de Murcia), de todas las medidas que se están proponiendo (tanto organizativas como de actuación en los mercados), hay muchas que se pueden acoger a fondos operativos que contempla la PAC, y esas, a su juicio, serán fáciles de materializar. “¿Pero qué pasará con las que no, con las que dependen de partidas presupuestarias de la administración o de la iniciativa de la empresa privada?”, se pregunta.
Un ejemplo es el arranque de plantaciones. Afrucat ha llegado a cuantificar que España debe disminuir en un 15% su superficie de fruta de hueso (en estos momentos existen 80.000 has. de melocotones y nectarinas), estableciendo un incentivo de 4.500 €/has. Según Manel Simón, director gerente de la entidad: “este plan tendría un gasto para la administración de unos 55 millones de € para toda España, lo que supondría menos de lo que ha perdido Cataluña en esta campaña”. Sin embargo, Tomás García Azcárate, experto en política agraria comunitaria, reconoce que si bien es necesario controlar el incremento constante de superficie, no tiene mucho sentido gastar el escaso presupuesto del que dispone la administración en incentivar ese plan de arranque. Además, nos preguntamos, ¿quién decide qué arrancar, en qué zonas, qué variedades, de qué especies?
En lo que todos están de acuerdo es en la necesidad de una mayor concentración de la oferta, y no en la creación de OPFHs instrumentales cuyo único objetivo es acceder a fondos comunitarios, y en adecuar la oferta a la demanda. Para ello, hay que dejar de lado variedades que han provocado un exceso de producción, pero sin calidad, además de pensar en los gustos de cada mercado, y no saturarlos con una fruta igual para todos.
Pequeños grandes pasos
Desde el punto de vista estructural, parece que se van dando algunos avances. A principios de diciembre, la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (AEAMDE), la Asociación de Productores y Comercializadores de Frutas y Hortalizas de la Provincia de Zaragoza (APEPH) y la Asociación Profesional de Frutas y Hortalizas de Huesca (EXCOFRUT) alcanzaron un acuerdo por el que se presentarán de forma unitaria ante los foros de debate. Un pequeño gran paso, pues entre las tres organizaciones suman alrededor del 80% de la producción de fruta dulce de Aragón.
La apertura del mercado chino para los melocotones y ciruelas ha sido también importante para el sector, aunque como reconoce Joaquín Gómez (Apoexpa), no va a compensar la falta del mercado ruso, “como algunos políticos quieren hacerles creer. Rusia suponía el 30% de nuestro mercado y, de la noche a la mañana, China no va a absorber esos volúmenes. Calculo que dentro de 5-10 años, sí estaremos ante un gran mercado, pero ahora no”. De cualquier forma, Miguel Ángel Gómez, gerente de Afruex (Asociación de Productores de Fruta de Hueso de Extremadura), nos confirma que durante la campaña de 2017 se han incrementando los envíos de ciruela a China, totalizando unas 340 Tn solo desde esta región (datos aún provisionales).
Es difícil predecir qué va a pasar en la próxima campaña y si este Plan Estratégico contemplará todas las medidas que el sector realmente necesita. Pero quizás una de las cuestiones claves será si se le dotará de presupuesto para llevarlas a cabo. Por lo que el futuro de la fruta de hueso y de pepita en España sigue en el aire.
Reconquistar al comprador nacional
Mientras que la producción continua imparable, la ingesta per cápita en España está en retroceso. Salvo albaricoque y melocotón, el resto de estas frutas han visto mermados sus consumos: peras, manzana, cerezas y ciruelas. Esta es otra de las cuestiones que deben incluir en el Plan Estratégico, cómo reconquistar al consumidor español.
China, un gran mercado… a futuro
Según Martín García, de China in Crowd, se espera que en el horizonte del 2030, este país asiático alcance la cifra de más de 280 millones de Tn anuales de fruta importada. Es por tanto una oportunidad real para el sector, pero solo si ofrecemos una altísima calidad. En Tany Nature saben de lo que hablan y reconocen las dificultades: “Nuestro caballo de batalla es reducir el periodo de tránsito de 30 a 18 días. Pero no solo la distancia es un hándicap, también lo es, según Tomás García Azcárate, que lo que se envía no se está adaptando a sus necesidades.