En el Día Internacional del Reciclaje, que se celebra hoy 17 de mayo, la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible (PTAS) quiere recordar el alto compromiso de este sector, no solo con el reciclaje, sino con un concepto mucho más amplio que lo engloba: la economía circular.
Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible https://bit.ly/2GY3TyM
La economía circular tiene como objetivo reducir el uso de recursos mejorando los rendimientos económicos e identificar nuevas oportunidades de crecimiento y creación de empleo a partir de su correcta gestión. En definitiva, que las tres erres -reducción, reutilización y reciclado- se sitúen en el centro del crecimiento económico, con el fin de que los residuos pasen a ser recursos.
Por ponernos en antecedentes, el concepto de economía circular no es nuevo, pero sí lo son los cambios regulatorios que se están produciendo entorno a este modelo de gestión de residuos. Por ejemplo el Paquete de Economía Circular de la Comisión Europea, a debate en la actualidad, el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos, y los planes estratégicos de residuos que muchos gobiernos regionales ya han puesto sobre la mesa o están a punto de hacerlo.
La Comisión Europea estima un 1% de crecimiento en el PIB de la Unión Europea y una creación de 2 millones de empleos verdes antes de 2030, como consecuencia del aumento de la productividad de los recursos en un 30%
Pero volviendo al tema agrario, este sector ha aplicado el principio de las tres erres desde su origen. Quizás sea el sector que de forma intrínseca tenga mejor interiorizada esta forma de entender la economía y sus vínculos con el medio ambiente, en concreto en el ámbito de la empresa agraria. Su primer objetivo es aprovechar al máximo el producto, por lo que, entre otros objetivos, ha buscado mediante la mejora vegetal la obtención de plantas más aprovechables, ha reutilizado todo aquello que se obtiene de la explotación, como residuos vegetales para pienso, deyecciones de animales como fertilizante, etc. El reciclaje es quizás la erre más moderna, que en la mayoría de los casos necesita la participación de otros agentes económicos. El compostaje de residuos en la misma explotación es el ejemplo más común de auto reciclaje, o el ensilado.
Pero entrando ya en el reciclado, que es lo que hoy se celebra, y su aplicación desde la perspectiva de la agricultura tecnológica, quizás el ejemplo más paradigmático, aunque no el único, es el los envases agrarios. Un modelo liderado por SIGFITO, un sistema de gestión de envases agrarios que, con la participación de fabricantes, distribuidores y agricultores, organiza su recogida para darles un tratamiento medioambiental correcto.
Para ello es necesario un adecuado enjuague y una correcta separación por materiales al objeto de mejorar la calidad de los residuos y la eficiencia de las recogidas. El número de toneladas totales recogidas fue de 3.740 en 2014, con un porcentaje con respecto al peso total de los envases consumidos en el mercado del 57%. De esta cantidad, el 94% se ha dirigido a reciclado y el 6% a valorización energética.
Pero como ya destacábamos, no solo son los envases agrarios los residuos del agro que pueden ser reciclados. Los plásticos de los invernaderos, los restos de sistemas de riego, los neumáticos de la maquinaria y la propia maquinaria en sí misma, entre otros, conforman una importante fuente de recursos que pueden contribuir a potenciar la economía circular.
En un día como hoy, hay que recordar el especial compromiso del sector agrario con las tres erres de la economía circular y en particular con el reciclado. Para ello, la normativa y la tecnología son herramientas esenciales para aumentar el uso de materias recicladas y conseguir materiales cada vez más reciclables, para crear sistemas de gestión de residuos que optimicen las recogidas y la calidad de los residuos y para desarrollar y aplicar la tecnología que permita el reciclado con un máximo nivel de eficiencia.