Una modificación genética para hacer que la fotosíntesis sea más eficiente en los cultivos podría ser una bendición para la producción agrícola y generar una nueva “revolución verde”.
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Una modificación genética para hacer que la fotosíntesis sea más eficiente en los cultivos podría ser una bendición para la producción agrícola y generar una nueva “revolución verde”.
Esta proeza de la ingeniería genética simplifica una operación compleja y costosa en energía que muchas plantas deben realizar durante la fotosíntesis conocida como fotorrespiración. En las pruebas de campo, un tipo de modificación genética realizada en el tabaco aumentó el crecimiento de las plantas en más del 40%. Según informan los investigadores en su estudio publicado en Science, si produce resultados similares en otros cultivos, eso podría ayudar a los agricultores a satisfacer las demandas de alimentos de una creciente población mundial.
La simplificación de la fotorrespiración es “un gran paso adelante en los esfuerzos para mejorar la fotosíntesis”, dice Spencer Whitney, un bioquímico de plantas en la Universidad Nacional Australiana en Camberra que no participó en el trabajo.
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Ahora que la industria agrícola ha optimizado principalmente el uso de herramientas para aumentar el rendimiento, como pesticidas, fertilizantes e irrigación, los investigadores están tratando de microgestionar y mejorar el crecimiento de las plantas diseñando formas para hacer que la fotosíntesis sea más eficiente.
La fotorrespiración es un obstáculo importante para lograr dicha eficiencia. Ocurre en muchas plantas, como la soya, el arroz y el trigo, cuando una enzima llamada Rubisco, cuyo trabajo principal es ayudar a transformar el dióxido de carbono de la atmósfera en azúcares que estimulan el crecimiento de las plantas, accidentalmente extrae una molécula de oxígeno de la atmósfera.
Esa interacción Rubisco-oxígeno, que ocurre aproximadamente el 20% del tiempo, genera el compuesto tóxico glicolato, que una planta debe reciclar en moléculas útiles a través de la fotorrespiración. Este proceso comprende una larga cadena de reacciones químicas que abarcan cuatro compartimentos en una célula vegetal. En total, completar un ciclo de fotorrespiración es como conducir de Maine a Florida a través de California. Ese desperdicio de energía puede reducir los rendimientos de los cultivos en un 20 a 50%, dependiendo de las especies de plantas y las condiciones ambientales.
Mediante el uso de ingeniería genética, los investigadores ahora han diseñado una ruta química más directa para la fotorrespiración que se limita a un compartimento de una sola célula: el equivalente celular de un viaje por carretera de Maine a Florida que se encuentra en la costa este.