La Consejería de Agua ha invertido 1.558.000 euros en actuaciones de mejora en el marco del proyecto Life Ramses
Visita a la depuradora de Blanca |
La estación depuradora de aguas residuales de Blanca ha logrado reducir los costes de tratamiento casi un 20 por ciento y mejorar la calidad del agua mediante la aplicación de novedosas técnicas anaerobias de depuración, pioneras en Europa, realizadas en el marco del proyecto Life Ramses. Ello ha supuesto una inversión de 1.558.000 euros de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca.
El director de la Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (Esamur), Joaquín Ruiz, y la alcaldesa de Blanca, Esther Hortelano, visitaron esta semana dicha en planta las obras de mejora realizadas.
Ruiz destacó que “se ha alcanzado una muy buena calidad del efluente, además de optimizar el consumo eléctrico”. Añadió que “también se han conseguido otros objetivos medioambientales, como la mejora de la estabilidad del proceso biológico, la valorización del biogás obtenido en el proceso de depuración y la reducción del volumen de lodos generados, permitiendo igualmente su valorización en agricultura como enmienda orgánica”.
Esta depuradora se construyó en 2001 y un año después se amplió para incorporar el sistema del tratamiento terciario, con una inversión de 1.456.000 euros. Actualmente depura unos 257.222 metros cúbicos para una población equivalente de 5.186 habitantes. Tiene concesión de riego por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura, así como de reutilización de aguas depuradas en agricultura a favor de Comunidad de Regantes Zona II Vega Alta y Media, que abarca una superficie concesionada de cerca de 3.000 hectáreas.
Tratamiento anaerobio
El sistema de tratamiento anaerobio que opera desde hace más de un año de forma experimental en la depuradora de Blanca ha superado las expectativas previstas, al alcanzarse elevadas tasas de eliminación de materia orgánica, en más de un 70 por ciento, y considerables reducciones del consumo energético. A ello se suma el competitivo coste de construcción del sistema y su bajo mantenimiento.