La Organización Interprofesional Cunícola (INTERCUN) explica, en el contexto de una campaña europea de promoción del consumo, que hay variadas razones para incluir la carne de conejo de Europa en la dieta, más aún durante la época estival, por su versatilidad gastronómica y adaptación a los ritmos durante el verano.
Revista Alimentaria / Intercun
España es un país con gran tradición en el consumo de carne de conejo, un producto históricamente relacionado con la dieta mediterránea, y con un censo de granjas notable que le convierte en una de las grandes potencias europeas, aunque los nuevos estilos de vida han ido alejando, sobre todo a los más jóvenes, de una dieta más tradicional, afectando al consumo de carne de conejo.
En este sentido, la Unión Europea ha apoyado a INTERCUN en España, y a la portuguesa ASPOC en una campaña de tres años de duración que, dotada de 4,8 millones de euros hasta 2020, permitirá trasladar a los consumidores los beneficios de comer carne de conejo.
Pero, ¿cuáles son los motivos que justificarían situar a la carne de conejo como plato estrella del verano? INTERCUN destaca al menos tres razones para no perder de vista a este “superalimento”.
1. Ligera y saludable. Es una carne magra, con muy bajo contenido de grasa y fácil de digerir. Su bajo contenido en sodio, la convierte en una alternativa para las personas que deban controlar estos elementos en su alimentación y, además, su aporte calórico solo es de 135 kilocalorías por cada 100 gramos.
2. Nutritiva y equilibrada. Contiene ácidos grasos insaturados, vitaminas del grupo B y proteínas de alto valor biológico, necesarias en todas las fases de la vida. Además posee minerales importantes como el hierro, zinc y magnesio.
3. Versátil y variada. Es muy fácil de preparar. Versátil, con un inmenso recetario y cada vez más formas de presentación y cortes en los lineales de los supermercados o en tu carnicería tradicional. Además es un alimento tradicional de regiones mediterránea, ideal en verano en ensalada, barbacoas o arroces.
A todo ello, debe sumarse, que este producto “mediterráneo” procede de granjas europeas que aportan una producción de calidad, con garantías de trazabilidad, seguridad y bienestar animal.
España obtuvo durante el año pasado un total de 56.780 toneladas de carne de conejo mientras que, de enero a marzo de 2018, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cuantificaba la elaboración en 14.148 toneladas, en un ranking que lidera Cataluña (3.590 t), Galicia (3.098 t), Castilla y León (2.900 t), Castilla-La Mancha (1.093 t) y Comunidad Valenciana (870 t). Sin embargo el consumo en los hogares ha descendido desde los 1,46 kilos por habitante y año de 2016 a los aproximadamente 1,27 actuales.